lunes, 3 de diciembre de 2007

Salud campeón


El título conseguido por Lanús es una clara muestra de que con esfuerzo, sacrificio, perfil bajo y con mucho trabajo, los objetivos que uno se plantea, se pueden conseguir. El equipo de Ramón Cabrero –un caballero y un símbolo de honestidad- tiene una política institucional seria desde hace años.

Se lo merece Lanús porque es un equipo ordenado, serio, equilibrado en cuanto a sus finanzas. El club del que es hincha Nino Dolce apostó hace dos años a un director técnico de las divisiones inferiores, pero un hombre de la casa. Cabrero conoce mejor que nadie a sus dirigidos y los resultados están a la vista.

A diferencia de otros clubes, que deciden invertir una gran cantidad de dinero –como River con sus estelares contrataciones- y no consiguen sus frutos. No sé si tendrá que ver, pero ¿por qué los hinchas de Boca lanzaron proyectiles cuando los jugadores daban la vuelta olímpica?

El Granate demostró que no alcanza con tener millones en el banco. Lo más importante es la humildad, el esfuerzo, la honestidad y el trabajo. Por eso, Lanús –con sus dirigentes, cuerpo técnico y jugadores- es un ejemplo deportivo y de la vida.

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