jueves, 31 de mayo de 2007

¿Será el adiós del Gato?


¿El último revés paralelo? Gastón Gaudio fue eliminado por Lleyton Hewitt en la segunda ronda de Roland Garros. El “Gato” había arrancado en un gran nivel y por eso se llevó los dos primeros sets, pero el australiano reaccionó a tiempo y dio vuelta el encuentro para avanzar a la siguiente instancia.

Parecía que Gaudio había recuperado la memoria y desplegó su enorme talento en los primeros parciales, donde su marca registrada –el revés- estuvo como en sus mejores momentos. Sin embargo, Hewitt no cometió tantos errores en las siguientes mangas y se empezó a tomar el protagonismo del match. Así, el ex número se llevó la victoria.

El “Gato” se despidió del grand slam que había sabido conquistar allá por 2004, cuando París se rindió a sus pies, en el pico más alto de su carrera. Luego de su triunfo por la primera ronda ante el francés Marc Gicquel, Gaudio confesó que había estado a punto de borrarse del torneo y que veía que su retiro estaba más cerca.

Ojalá que recapacite, que vuelva a disfrutar dentro de una cancha de tenis y que siga jugando y desplegando su talento para la alegría de todos sus fanáticos.

martes, 29 de mayo de 2007

El lado cubano de Walsh


Si se habla de Rodolfo Walsh, lo primero que a uno se le cruza por la cabeza es su trabajo como escritor y periodista, entre las que se destacan Operación masacre y ¿Quién mató a Rosendo? Pero, lo que el común denominador de la gente no tiene en cuenta su participación –tan breve como influyente- en Prensa Latina, la agencia de noticias que nación en Cuba en plena época de la revolución castrista.

Precisamente, ése es el tema central sobre el que gira Rodolfo Walsh en Cuba (Agencia Prensa Latina, militancia, ron y criptografía), el libro del periodista Enrique Arrosagaray. En esta investigación, en base a una serie de entrevistas a personas muy allegadas a Walsh, se bucea por las profundidades de su vida, los momentos previos al viaje a La Habana y la estadía en el país centroamericano.

En el libro se cuenta cómo fue su labor en esa agencia de noticias: Walsh no dudó un instante en marcharse a la isla ante el llamado de su amigo y periodista Jorge Masetti. En Prensa Latina era uno de los periodistas más respetados y, entre otras cosas, logró descifrar un mensaje secreto que descubrió la presencia de tropas “gusanas” en Guatemala, que eran financiadas por los Estados Unidos.

En esta investigación es inexorable encontrarse con importantes nombres como los de Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro, Camilo Cienfuegos o Gabriel García Márquez, por citar a algunos personajes destacados, además de anécdotas de esas personas.

Con la lectura de este libro, uno puede comprender y descubrir aún más los valores de Walsh así como también su interés por la política. Como bien reza en su prólogo, Arrosagaray intentó rendirle un “humilde homenaje a Rodolfo Walsh. Al Walsh verdadero, al vivo, al de carne y hueso”. Y vaya si lo consiguió.

domingo, 27 de mayo de 2007

El maestro de lo indescifrable



Fiel a su costumbre de innovar de manera constante, Takeshi Kitano cuenta una historia que puede confundir a más de un espectador. Pero lo que no se le puede discutir al director japonés es su capacidad de inventiva y su promesa de hacer una película “inclasificable”, tal cual él había prometido.

Varias escenas son largas y quizás hasta se desvíen de la trama, pero qué importa, ya que el film nunca tiene un claro hilo conductor. El ritmo es cambiante, por lo que algunas partes se hacen tan lentas que pueden exasperar al público. Pero otras, son tan dinámicas, que nadie puede moverse de su asiento para estar atento ante cada movimiento de los actores.

Kitano personifica al personaje principal como ya lo hizo, por ejemplo, en Zatoichi, aunque acá interpreta a los protagonistas de la historia. En esta ficción, el director japonés encarna a dos Takeshis: uno es el actor reconocido, una estrella. Mientras que el otro, es un extra de tercera línea que asiste a castings para papeles pequeños y es humillado de manera permanente.

Por otro lado, también existen situaciones en donde ambos “actores” se encuentran, lo que despierta más de una carcajada en el público.

Otro punto a destacar son las pesadillas que tienen los personajes. Sueños oscuros y complejos que se convierten en sucesos bizarros, para caracterizar a una película donde el espectador “no va a saber qué hacer ni qué decir”, tal como había asegurado Kitano.

sábado, 26 de mayo de 2007

Triunfazo de Pico


Juan Mónaco derrotó al francés Gael Monfils y se consagró campeón en el ATP de Portschach, en Austria. “Pico” se impuso por un claro 7-6 y 6-0 para sumar el segundo título en su carrera – y del año- y, así, llega con toda la confianza a la máxima cita del polvo de ladrillo, Roland Garros.

El tandilense estuvo firme y sólido desde la base, desde el comienzo del partido. El francés, a pura potencia, también respondía. Sin embargo, en el tie-break el argentino supo marcar el ritmo en los puntos clave y se llevó la primera manga.

En el segundo set, a Monfils se le salió la cadena. Estuvo demasiado errático e impreciso, mientras que “Pico” siguió en la suya. Gracias a la gran cantidad de errores infantiles que cometió el francés, Mónaco aplastó a su rival con un contundente 6-0 y se quedó con un cheque de un poco más de 55 mil euros.

Ahora se viene Roland Garros, el grand slam que siempre tiene a los argentinos como protagonistas. Mónaco ya pide pista. Ojalá pueda demostrar todo el tenis que tiene.

jueves, 24 de mayo de 2007

Canosa, no te subas las medias que es foto carnet


¿Por qué no permitieron que la colorada más famosa de la televisión recibiera un premio que no le correspondía? Ah, ¿no era Andrea del Boca? Perdón, una mujer que usa peluca colorada y está en televisión quiso subir a recibir la estatuilla que le correspondía a Gerardo Sofovich por su Tiempo límite, pero no pudo lograr su cometido.

El productor del ciclo, Juan Parodi, la interceptó y él subió al escenario para recibir el galardón. ¿Quiso llamar la atención? Seguro. ¿Estaba consensuado con Sofovich? No se sabe.

Todo esto sucedió en el marco de la entrega de los premios Martín Fierro. Lo claro es que fue totalmente innecesario y un papelón que el televidente tuvo que “disfrutar”.

martes, 22 de mayo de 2007

El rock argentino no se salva de la piratería


Las demandas que sufrieron usuarios argentinos hace un par de años por haber intercambiado canciones continúan desatando polémica en el ambiente de la música. El rock nacional no es ajeno a ese tipo de noticias, por lo que siguen levantándose voces a favor y en contra del problema de piratería en la industria.

En 2005 se vivió un momento de tensión, luego de la denuncia que la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF) le realizó a la empresa Telefónica de Argentina. CAPIF decidió continuar con el juicio que le inició a la empresa Speedy por una supuesta incitación a descargar música de manera ilegal.

Según las últimas cifras que difundió la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IPFI), Argentina no se encuentra entre los países más cuestionados. Sin embargo, para IPFI, como en Paraguay el 99 por ciento de los discos son piratas, se genera un mercado entre ese país vecino, Brasil y la Argentina.

“Me parece que las grandes compañías no están a la altura de las circunstancias, y en gran medida son las responsables de la distorsión del mercado”, dispara Patricio Feely, encargado del Departamento de Ventas de la discográfica Ultrapop. Además, Feely asegura que la piratería es un asunto que ataca mayormente a “los artistas de alta rotación mediática”.

Andrés Calamaro hizo lo que casi ningún músico haría. Hace 5 años se animó a subir 19 temas inéditos al sitio web deepcamboya.com.ar, lo que le generó un duro enfrentamiento con la discográfica Warner, que puso el grito en el cielo.

Sebastián Perossa, guitarrista de la banda Somnia, sostiene: “No me parece mal que se descarguen temas en mp3, siempre y cuando sean los que el artista eligió dejar bajar”. Perossa cuenta que en la página de internet del grupo hay canciones disponibles, así la gente los puede conocer de una forma “mucho más rápida”.

No es nada nuevo el tema de la piratería y, con los continuos avances tecnológicos, parece aumentar aún más. Hay opiniones para todos los gustos.

domingo, 20 de mayo de 2007

Un pueblo que resiste frente a las presiones del sistema


Trabajar para vivir. Hace un largo tiempo que los trabajos tradicionales de un pueblo han tenido que ser modificados por el avance tecnológico. Este es el caso de Saint Marie la Mauderne, un pequeñísimo pueblo que está ubicado sobre la costa norte de Canadá. Mudarse a la ciudad parece ser el destino obligado para aquellos que quieran subsistir. Pero el puñado de personas que vive en el lugar no resigna su deseo de quedarse cuando se entera de que la única manera de poder abrir una fábrica es teniendo un médico que resida allí.

“El sistema se come a estos pueblos”. Esa afirmación toma vida en La gran seducción, una película que cuenta la historia de un pueblo pesquero del norte de Canadá, que pugna por mantenerse a flote. Por más de que se trate de una ficción, esa situación tiene un alto toque de realismo, que hace pensar en cuántas pequeñas ciudades se encuentran en las mismas circunstancias.

De ser un pueblo costero que siempre vivió de la pesca a tener que limitarse a cobrar un fondo de seguridad social –que de poco sirve, por cierto- existe una gran diferencia. Las raíces son las raíces. No cabe en la mente de esas personas tener que dejar sus humildes casas para perderse en el laberinto de la inmensa ciudad.

Todo anda tan mal en Saint Marie la Mauderne que hasta el alcalde decide marcharse a la ciudad para probar suerte, o mejor dicho, para ganar plata. Pero lejos de dejarse caer en las redes de un capitalismo que destruye a las poblaciones más chicas, un viejo pescador decide tomar las riendas del pueblo. Germain Lesage pone manos a la obra y se interioriza en la búsqueda de un médico de Québec.

Ahora la suerte parece estar de su lado, ya que el ex alcalde –devenido ahora en oficial de tránsito- detiene a un cirujano plástico en una autopista de Montreal. Al encontrarlo con tenencia de cocaína, se le conmuta la pena para que se traslade durante treinta días a Saint Marie la Mauderne.

Ahora tienen que convencer a Christopher Lewis para que se instale allí, por lo que se interesan en sus aficiones. Por ejemplo, enterados de que es fanático del críquet, investigan todo acerca de ese deporte que hasta ese entonces era desconocido para ellos.

No obstante, el fisco no sólo les exige que la presencia de un doctor es necesaria para poder abrir la fábrica de

envases, si no que también les “recomiendan” pagar cincuenta mil dólares para acceder a esa fuente de trabajo. Claro está, las coimas son requeridas en cualquier parte del mundo.

Pero cuando el médico se entera de toda la farsa que han montado los habitantes, se siente traicionado, estafado. Sin embargo, el cariño que ha tomado por el pueblo es tal, que deja de lado esas sensaciones para ayudarlos, debido a esa sinceridad que ve en el rostro de cada uno de ellos, y ese afecto mutuo que se han profesado durante ese mes.

Esta historia quizás se la pueda emparentar con el escándalo de corrupción que debió atravesar el Partido Liberal en 2004, en la provincia de Québec, cuando todavía estaba en el Gobierno. En 2002, el diario The Globe and Mail averiguó adónde habían sido destinados los fondos federales y se descubrió que se habían contratado agencias de publicidad sin convocar un concurso público. Esa publicación fue una de las razones por las que el gobierno de Paul Martin tuvo que convocar a elecciones anticipadas para el 23 de enero de 2006.

Saint Marie la Mauderne no será más un pueblo que viva de la pesca como lo solía hacer años atrás, pero por lo menos se mantendrá en pie, gracias al orgullo y la dignidad de sus habitantes por no rendirse ante las adversidades de la globalización.

viernes, 18 de mayo de 2007

La morbosidad como miseria humana


¿Somos morbosos? En resumidas cuentas, en Tesis, Ángela es una estudiante de cine que está preparando su trabajo final de la carrera y elige la violencia en las películas como el tema a desarrollar. Además, en la universidad donde estudia descubre un negocio de películas snuff, que es donde se mata a gente de manera real. Pero lo interesante, además de la historia, es también cómo está contada y los tiempos que se manejan.

El comienzo de la película marca el ritmo con el que la trama se va a desarrollar. La imagen en negro genera ansiedad en el espectador, que quiere ver pero no puede. ¿Es una metáfora de la morbosidad de la gente? La voz en off que advierte “señoras y señores, atención”, no hace más que sugerirle a quien va a ver el film que no puede perderse nada y que debe estar muy atento para poder seguir el hilo.

Otro detalle para no dejar escapar de este sustancioso comienzo es la intención de la protagonista por acercarse a la persona que fue arrollada por el subte. El suspenso aumenta hasta hacer latir de manera muy fuerte los corazones cuando está por verse a la víctima. Pero cuando Ángela está a un paso del cadáver, la imagen cambia a otra escena. Con esos cortes juega el director, Alejandro Amenábar.

El relato está contado para que el espectador tenga, en principio, una idea y después vaya cambiando de opinión a cada rato. Lo que intenta su director es que el público confunda las características de los personajes. Que no sepa de entrada quién es el “bueno” y quién es el “malo” de la historia.

Un párrafo aparte merece Chema, el estudiante a quien la protagonista conoce, y el que se va a convertir en su fiel ladero. Evidentemente, tiene el morbo a flor de piel, ése que Ángela tanto esconde y teme enfrentar. Por eso se transforma en su complemento perfecto.

“¿De qué color son mis ojos?”, repite Bosco cuando intenta seducir a Ángela y, por varios tramos, lo consigue. Porque no sólo ella está confundida, sino que el espectador tampoco parece saber quién es quién en la historia. El suspenso aumenta y disminuye constantemente, generando una especie de asfixia, de agobio en el público, sensaciones que también padecen los protagonistas.

“Hay que darle al público lo que quiere ver”, asegura el profesor Castro en un momento de la película. Quizás, en base a esa definición como una suerte de leiv motiv, Amenábar haya decidido cómo realizar su trabajo.