viernes, 19 de octubre de 2007

Los obsecuentes del 10


La reciente aparición pública de Diego Armando Maradona dejó al descubierto la misma actitud que todos –o casi todos- tienen con el ex futbolista. Las risas, las carcajadas, los aplausos y los festejos ante cada “ocurrencia” suya, ya cansan demasiado.

Luego de varios meses sin estar frente a las cámaras, y cuando poco se hablaba de él, Diegote volvió a la televisión. Estuvo en el programa Mañanas Informales, donde sus integrantes se parecían más a un coro de reidores que a periodistas serios que, si bien es cierto que están ante una indudable figura, lo entrevistan de una manera distinta a como lo hacen con el resto.

Un ejemplo es claro. Cuando se lo consultó sobre a quién votará en las próximas elecciones presidenciales del 28 de octubre, Maradona dejó en claro que en la urna depositará la boleta de Cristina Fernández de Kirchner.

Comentario aparte merecía esto, ya que el Diego se jacta de ser un cubano más, y la política empleada por este matrimonio dista mucho de su ideología. Sería interesente que le preguntaran sobre el Manifiesto Comunista –redactado por Karl Marx y Friedrich Engels-, para que exponga qué le pareció.

No obstante, le comentaron que la candidata de Coalición Cívica, Elisa Carrió, estaría en la segunda posición en las encuestas y, ante un eventual ballottage, sería la rival de Cristina. ¿Cuál fue la reacción del mejor futbolista de todos los tiempos? Amagó con irse del estudio. ¿Cuál la reacción de los periodistas? Risas, aplausos.

¿Necesita eso Maradona? Si fuera otra persona, seguramente no lo tratarían así y le cuestionarían mucho más sus respuestas, pero lo que él dice parece palabra santa. Le festejan todo. La obsecuencia ya llegó a límites inimaginables.

“Si llega a ganar Carrió, me voy a vivir a Uruguay”, amenazó el diez. Que se vaya más lejos, ¿por qué tan cerca?

domingo, 14 de octubre de 2007

El tiempo le dará la razón


Salir a ganar en todas las canchas sin importar la condición y jerarquía del rival era la clara premisa que tenía la Selección nacional cuando la dirigía Marcelo Bielsa. Así fue como dejó un sello que marcó a todos los jugadores a los que dirigió.

Sin ese clásico “fulbito” de lateralizar el juego hacia los costados, con toques y pases intrascendentes. Todo lo contrario. Los equipos “made in Bielsa” son puramente verticales, con mucha presión sobre el equipo rival, ya que los ataques nacen allí, en campo ajeno.

Muchos periodistas habrán festejado por partida doble el triunfo de Argentina ante Chile, por la primera fecha de las Eliminatorias mundialistas. Ahora todos saldrán a decir que lo que prevalece es el fútbol simple, sencillo, sin pensar tanto en la táctica para darle paso a la libertad de los jugadores. Esos mismos que antes se rendían a los pies del equipo del “Loco” y aseguraban que nunca se había visto jugar así a la Selección.

Está claro que el ciclo de Bielsa marcó un antes y un después, ya que dejó una huella que nadie olvidará. Los resultadistas y exitistas dirán que fue un fracaso la conducción del rosarino, ya que Argentina fue eliminada en la primera ronda del Mundial 2002. Sin embargo, quienes saben apreciar más allá de un simple resultado sabrán que el “Loco” le dio mucho a la Selección y que el tiempo le dará la razón.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Lo que el "Che" no quería


“Hoy su cara está en todas las remeras, es un muerto que no para de nacer”. La canción de Bersuit hace referencia a una verdad de estos tiempos. A 40 años del asesinato de Ernesto “Che” Guevara, su figura ha cobrado una relevancia que va más allá de sus ideales y de su lucha, ya que se ha convertido en un elemento de moda.

Fidel Castro, presidente de Cuba y compañero suyo en la revolución que derrocó al dictador Fulgencio Batista, lo recordó como un “combatiente excepcional”. Sin embargo, hay quienes reivindican su figura de luchador sin comprometerse con sus actos.

En lugar de dejar un legado en cuanto a llevar a cabo su objetivo que permitiera la liberación de América Latina del llamado dominio capitalista, su imagen es la que se lleva todas las fotos. Está en remeras, buzos, tatuajes y más de uno que lo lleva allí no debe ser mucho acerca de su historia.

Basta con recordar la imagen de Graciela Alfano con su bailarín preferido, Matías Alé, vestido como un pseudo-guerrillero. ¿Qué dijo la ingeniera hidráulica? “¿A qué mujer no le gusta un ‘bomboncirri’ como el ‘Che’? Sí, sin palabras.

Se podrían escribir líneas y más líneas acerca de la hidalguía y el coraje del “Che”. Sin embargo, lo más importante sería empezar a conocerlo un poco más para darle paso a su vida –de la que muchos hablan, pero pocos conocen- y dejar a un lado la estética y la moda.

martes, 2 de octubre de 2007

Hablen ahora


Que quieren bajar al campeón, que se está armando una conspiración para que San Lorenzo no repita el título, que se baja línea para perjudicarlo, que hay que llorar para que los árbitros cobren lo que corresponde. Muchas quejas se escucharon por parte del plantel conducido por Ramón Díaz, sobre todo por parte de Agustín Orión y de Jonathan Bottinelli.

Y no sólo del plantel. También debieron soportarse lamentos por parte de hinchas muy caracterizados, en especial de uno cabezón que tiene bastante injerencia y participación económica en el club y en las decisiones institucionales.

Luego de la derrota por 4 a 2 ante Arsenal, por Boedo se sintieron perseguidos. Pero no es así, muchachos. ¿Qué dicen del error de Saúl Laverni el último domingo? Nada. ¿Por qué? ¿Ahora los están favoreciendo a ustedes? No. Entonces hay que darse cuenta de que un fin de semana los de negro se equivocan para un lado y, a la otra fecha, lo hacen para el otro.

Habría que dejar de protestar, de hablar, de llorar y pensar más en darle a la pelotita que, en definitiva, es lo que más importa a la hora de ganar un partido.

lunes, 1 de octubre de 2007

Adicioname que me gusta


¿Necesita un club tan gran como River ser beneficiado de esta manera? Si bien el conjunto Millonario no empató gracias al árbitro Pablo Lunati, dio la sensación de que el partido se iba a jugar hasta que el local alcanzara la igualdad.

Daniel Passarella le había sugerido al controvertido referí, que tanto se había paseado por los estudios radiales y televisivos, que diera seis minutos de descuento. ¿Qué hizo el hombre de negro? Adicionó seis minutos, nomás.

Como si fuera poco, Lunati hizo la vista gorda cuando Carlos Ischia quiso meter un cambio para congelar el partido. Esa situación irritó a todo el banco de suplentes, aunque eso tampoco justifica su reacción.

Pero eso no termina ahí. A raíz de esas discusiones, el árbitro descontó otros dos minutos. ¿Pero cuando llegó el empate de River? Cuando el reloj marcaba 53 minutos y monedas. Daba la sensación de que se iba a jugar hasta que el local alcanzara el 3 a 3.

Pero entonces, cuando movieran del medio se tenía que terminar. No, si hasta Central tuvo su chance de ganar el encuentro. Increíble arbitraje de este polémico árbitro, que debería prestar más atención en su trabajo que en pasearse por lo medios.